05/05/2016
Afilado de cincel: forja y temple
Esta práctica consistirá en afilar un cincel, además tendremos que hacer un tratamiento térmico de forja y temple, para que la punta de la herramienta adquiera las características necesarias para realizar su trabajo correctamente y no se parta.
Tenemos un cortafríos desafilado.
Lo primero que hacemos es quitarle por completo la punta con la esmeril, para posteriormente hacer una nueva.
Ahora es el paso de hacer el forjado.
Os preguntareis que es esto, pues bien, consiste en aplicar calor al material hasta que se ponga al rojo vivo y golpear con un martillo para hacerle una deformación plástica, con la forma de la punta.
Como método de aplicación de calor utilizaremos el equipo OXI-GAS, se explica en que consiste en este enlace.
Hay que regular la llama y conseguir la llama neutra que es la que más calor genera.
Sujetamos el cortafríos con una mordaza para que cuando calentemos la punta no nos queme.
Calentamos la punta con el equipo OXI-GAS y cuando esté al rojo vivo golpeamos con el martillo para darle una nueva punta, esto es el forjado.
Una vez hecha la punta y sigue el material al rojo vivo, lo metemos en un recipiente con agua durante tres segundos, le sacamos otros tres segundos y le volvemos a meter, hay que hacerlo tantas veces asta que deje de evaporarse agua al meterlo.
Esta operación es la que se conoce como templado.
Una vez hecha la punta hay que afilarla, para ello utilizaremos de nueva la esmeril.
Hay que darle un ángulo a la punta por eso lo metemos inclinado.
Y este es el resultado final.
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